jueves, 21 de junio de 2012

 Hijos de las tormentas

Desde la madrugada del vienes llueve sobre Pinar del Río. Los que vivimos en este territorio cubano en la zona más occidental del país estamos acontumbraos ya a las intensas lluvias y a los fuertes vientos que destruyen viviendas, siembras, industrias. Como dicen por estos lares: Vivimos en el caminito de los huracanes, y es que desde finales de la década de los 90 la provincia ha sido fuertemente asediada por este tipo de fenómeno natural.
¿Quién no recuerda al Iván, o al Charly con sus 11 días sin corriente como si viviéramos en un remoto lugar lejos de la civilización? Más recientemente en el 2008 nos estremeció el monstruo que fue Gutav, pero lo juro parodiando el nombre que para nada nos gustó por la destrucción que provocó, y en el pueblito de Paso Real de San Diego se registró el record de velocidad para una racha de viento. En Pinar del Río son cientos las historias, las anécdotas relacionadas con los ciclones y recuerdo la de una llave de agua incrustada en un árbol, el que salvó su techo de cubierta ligera poniendo sobre ella sacos de arena, la que paríó satisfactoriamente con la ayuda de médicos y enfermeras en medio de la tormenta.
En fin que los pinareños son como hijos de  aguas turbulentas y  vientos tormentosos.
Foto de Diego Estrella

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