domingo, 1 de julio de 2012


De donde viene el silbido
El mensajero es ese personaje que recorre el barrio distribuyendo distintas mercancías a los vecinos, previo un acuerdo de pago por el servicio. Recuerdo  que llegaron para quedarse desde hace más de dos década, pero soy de las que prefiere ver y elegir lo que quiero comprar y por eso nunca tuve mensajero.
Pero ahora sí tengo una y muy singular, el contacto con él es fundamentalmente  por las tardes y los fines de semana. A mi hija y a mí nos llama mucho la atención, no se si al resto del vecindario le pasará igual.
Lo percibo poco a poco según se acerca al edificio, el pedalear de su bicicleta es constante, como lo es también su silbido: llegó el mensajero del silbido. En ocasiones identifico en su silbar una melodía de moda, otras pienso que sea de su inspiración. Será este joven alto y robusto, mensajero de mis vecinos, un músico frustrado que se conforma entonces con silbar y pedalear a un mismo ritmo. Solo detiene su ¨música¨ para llamar a Cary,  La China, Nieves o Hugo y entregarle la mercancía.
Me preguntó si en el futuro  no le traerá dificultades ese constante silbar, pudieran deformarse los labios o pronunciárseles los dientes.
Reconozco que en ocasiones el silbido se hace penetrante y tan constante que incomoda y exaspera, pero no deja de ser algo singular. La verdad es que prefiero seguir  escuchando con su acompasado ritmo y sin estridencias al Mensajero silbador

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